martes, 24 de marzo de 2015

Una aficionada apedreada, ¿cuál será la próxima hazaña antitaurina?

Publicado por  el mar 19, 2015
Una señora de sesenta años recibió una pedrada cuando acudía a la plaza de toros de Valencia el día de San José. Un grupo de antitaurinos lanzaron la piedra que le dio en la frente. ¿Cuál será la siguiente hazaña de estos personajes a los que de forma ilegal se les permite estar cerca de quienes acuden a un espectáculo legal sobre cuyo precio en taquilla se suman abundantes impuestos.
La pedrada de Valencia debería de servir de punto de inflexión para que de una vez por todas deje de repetirse el acoso a los aficionados. La pedrada de Valencia no la recibió la pobre señora que poco imaginaba que iba a ser atendida en la enfermería de la plaza cuando se disponía ilusionada a disfrutar de la corrida del día grande de las Fallas, la pedrada ha ido contra los miles de aficionados, contra la empresa, contra el ganadero y contra los tres toreros actuantes, que en la capital levantina eran depositarios de toda la fuerza que tiene, o debería de tener, el sector taurino.
Imagino, o quiero imaginar, que el empresario del coso valenciano, el ganadero de la divisa de Garcigrande, Finito  de Córdoba, El Juli y Miguel Ángel Perera, no tardarán mucho en interponer una denuncia contra los agresores. La pedrada de Valencia iba directamente contra ellos.
¿Hasta cuando el entramado taurino va a seguir callado ante situaciones como la de Valencia que se repiten cada vez con más frecuencia contra los aficionados? 

Iván Fandiño: «Tengo una cita con la Historia, y si he de morir, moriré libre»

Día 23/03/2015 - 18.19h
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El Domingo de Ramos desafía a su propio destino con seis toros de hierros míticos en Las Ventas en una corrida que ha desatado una expectación sin precedentes

Lo que su verdad esconde no es un secreto. En su nombre, ha ganado batallas y ha derramado sangre. En su nombre, el próximo 29 de marzo se cita con la Historia y desafía a su propio destino. Porque solo ella le hace libre.
Lo que su verdad esconde lleva el hierro de la pasión y el dolor. Duele contemplar el rostro de Iván Fandiñoflaco y doliente como un Cristo, con la piel resquebrajada y pegada a los huesos, con unos nudillos que se afilan cuando hace la cruz en unas estaciones que se han anticipado a la Semana Santa. Sus arrugas encierran el verso machadiano del hombre que vive en paz con el mundo y en guerra con sus propias entrañas, en ese círculo en el que al final su gloria será también la de los otros. «Maestro, en su muleta está el destino de muchos de nosotros», le dijo un novillero en la tapia. Y esa frase se ha inmortalizado en la figura que el ya fechado como 29-M protagoniza la hazaña nunca antes vista de lidiar seis toros de divisas míticasen Las Ventas: Pablo Romero, Palha, Victorino, Adolfo Martín, Cebada Gago y José Escolar [estos son los toros]. Una tarde para la leyenda del siglo XXI, un acontecimiento único que ha despertado unaexpectación sin precedentes en la inauguración de la temporada en la Monumental, bajo las riendas de Taurodelta.
–Nadie se atrevió con tanto. ¿Por qué lo hace Iván Fandiño?
–Mucha gente se preguntará qué necesidad me mueve, y profesionalmente no la tengo. Estoy anunciado dos tardes en Sevilla, dos en San Isidro, torearé en Pamplona y Bilbao, tengo la temporada francesa hecha; he renunciado a Valencia y Castellón... El motivo es personal, una necesidad interior, una manera de dar las gracias a Madrid por todo lo que me ha dado.
–¿Es consciente de los riesgos de una apuesta de tan alto calibre?
–Sé de la dificultad. Me llevo preparando desde octubre, entrenándome más que nunca, para tener capacidad de improvisación y no ir con prototipos de faena, que solo bloquean. El arte está en la creación y la preparación.
Iván Fandiño (Orduña, 1980) ha abandonado por un día su retiro espiritual en la finca «Doña Elvira», de Cayetano Muñoz, para tentar en casa de Zacarías Moreno. Cada luna de 2015 la ha observado desde su particular abadía extremeña, donde se desvela porla rosa que sí tiene nombre, por la libertad por la que emprende esta aventura. «Ni leo, ni veo la tele, ni sé lo que sucede en el mundo; me busco en mi soledad, en mi sosiego espiritual, y solo de vez en cuando me pongo música». Como un Rocky en su entrenamiento de nieve y fuego, con un Micky (Néstor García) que lo guía en el combate de su vida, ha perdido media docena de kilos, uno por cada toro de férreo apellido. Allí, en su «monasterio» pacense, nunca suena la campana...
ABC
Fandiño, en su entrenamiento a lo «Rocky Balboa»
–¿Quita más el hambre y el sueño verse anunciado con esos hierros?
–Las horas de sueño se hacen cada vez más cortas; las noches, cada vez más largas. Por mis circunstancias, me ha tocado ya lidiar con estas ganaderías. Pero este reto es especial y me siento más torero que nunca.
–¿A qué torero verá Madrid el Domingo de Ramos?
–A uno que se va a medir con su libertad y que se va a enfrentar a su destino y al de muchos.
–La palabra considerada el bien más preciado por Cervantes inunda su twitter personal. ¿Qué representa para usted?
–No deberme a nada ni a nadie. Gestionar mis fracasos y mis triunfos con mi espada y mi muleta, ser el dueño de mi destino. Para mí, la libertad no es acomodamiento, es un acto de rebeldía en el día a día, enseñar mis uñas y mis garras, ir casi con el cuchillo entre los dientes.
–Se adueña de una cruda sentencia: «El auténtico guerrero sabe que solo tiene una opción, ganar o morir en el intento». Suena duro...
–Lo contemplo como algo natural. Tengo una cita con la Historia, y para mí va más allá de lo cotidiano. Si he de morir, moriré libre y con las botas puestas.
El fotógrafo y quien esto firma miran acongojados al hombre que habla de la vida con la misma naturalidad que de la muerte. Duelen su verbo y su toreo ante las complejas vacas que le han tocado en suerte, con la secuelas de una segadora y antigua cornada en el muslo derecho, sentido y hundido en la tierra y en su propio pensamiento. Duele como dicen dolía ver torear a Belmonte...
–¿Siente usted dolor al torear?
–La entrega del cuerpo muchas veces puede parecerse al dolor. Después de muchas faenas puedes llegar a sentir esa sensación de vacío, del dolor de perder a alguien; todo se quebranta en el alma cuando afloran tantos sentimientos. La soledad, el vacío, el sentirte realizado y a la vez hundido. La faena al toro «Grosella», de Parladé, fue una de ellas.
ABC
Fandiño, en un torerísimo ayudado
–Esa tarde se consagró de manera unánime en Madrid y también cayó herido. ¿Alguna vez se ha sentido derrotado?
–Sí, pero he superado cada derrota. La mayor victoria es volver al campo de batalla tras un fracaso.
Entre sorbo y sorbo de café, Fandiño guarda silencio, ese que anticipa a la buena milicia del «Guerrero de la Luz», como si estuviera embebido en la disciplina de Coelho. «Me encanta ese autor, sobre todo,“El alquimista”», confiesa. Sus ojos brillan y esboza una tibia sonrisa mientras parafrasea al novelista: «Cuando quieres mucho una cosa, el Universo conspira para ayudarte a conseguirla. Y mi apuesta es todo corazón».
–Paulo Coelho decía también que quien entienda el alma del mundo entenderá el lenguaje de la vida. ¿Qué idioma habla Fandiño?
–Seco, puro y de verdad. Ni me gustan los aspavientos ni busco la sonrisa. Algunos aficionados me comentan que mi toreo suele hacerlos estremecer.
–La afición acudirá en masa al reclamo de este acontecimiento. Primer éxito, la taquilla.
–Es una gran responsabilidad que acuda tanta gente. Pero, mire, muchos aficionados me transmiten que soy el torero del pueblo, y el pueblo quiere héroes y gestas.
–Y después... Miuras en Sevilla. Siguiendo su lema del «más difícil todavía», su reto se funde con su instinto salvaje de Narasinja y huye de toda rutina.
–No me va, me aburre. Me atrae el misterio y hacer cosas que nadie se ha atrevido a realizar. Cuando estoy en la cocina, me gusta darle picante a la vida.
–En esta aventura venteña, el león (su símbolo) se enfrentará a toda una selva brava.
–Muchas veces me siento un David contra seis Goliats, pero creo que debo reivindicarme así, y hacer lo que la afición demanda y espera de los toreros. En ocasiones, dejamos de lado los gustos del aficionado.
ABC
Fandiño, con su apoderado, Néstor García
–¿Quién manda en la Fiesta: el toro, el torero o el empresario?
–En la Fiesta no lo sé; en mi vida y en mi carrera, yo mismo. Todo lo que tengo me lo he ganado yo: nunca he implorado nada ni debo nada a nadie.
–¿Hace lo que quiere?
–Sí, aunque no todo lo que me gustaría.
–¿Enemigos?
–Me gusta tenerlos cerca, pero los veo sobre todo en fotos...
–¿Y divisa la Puerta Grande?
—No veo esa imagen. En una tarde de esas características siempre te tienes que poner en lo peor y estar mentalizado para lo que venga. Hay que estar al cien por cien, ser uno mismo. El mayor triunfo, más que las estadísticas, es que sea una gran tarde de toros y salir satisfecho conmigo mismo. Sí sé que habrá pasión y dolor..
De nuevo el sufrimiento se holla en su tez broncínea y seca. «¿Sabe? Madrid es incomparable a cualquier plaza del mundo. Cada vez que la contemplo, me quedo maravillado por todo lo que ha significado para mí. Ella merece la grandeza de gestos así. Pero sin miedos, porque nadie llegó a la cumbre en su compañía, sino vencidos por el valor, preparando la mente en soledad. Sé que hay gente que espera y desea mi fracaso, y otros, mi triunfo. Pero solo en mi espada y en mi muleta se encuentran mi destino y mi libertad».
Lo que la verdad de Iván Fandiño esconde no es un secreto. «Aunque no todos la conocen...» Se llama libertad, y en su nombre emprende esta epopeya alejada de lo terrenal. «Quien quiera verlo, que se dé prisa...»

Espartaco y Míchel, mano a mano de lujo en Sevilla

Día 24/03/2015 - 02.27h
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El torero y el entrenador disertarán hoy sobre toros y fútbol

Espartaco y Michel actuarán mano a mano a mano este martes en Sevilla en una charla bajo el título «El toro y el fútbol». El diestro Juan Antonio Ruiz «Espartaco» y el entrenador Míchel González, componen el cartel de la 32 edición de los en encuentros de la Fundación Cajasol, que indagan en las conexiones culturales y sociales de la Fiesta de los toros.
Espartaco es una de las figuras del toreo más relevantes de las últimas décadas, que ha cobrado plena actualidad en estos días con su inclusión en el cartel del Domingo de Resurrecciónen Sevilla. Ese día reaparece por última vez para dar la alternativa a un novillero de su pueblo, Borja Jiménez.
Míchel es actualmente entrenador de fútbol, pero es sobradamente conocido por su importante trayectoria como futbolista en el Real Madrid y en la Selección Española. Colgó las botas en la temporada 1996/97 y desde entonces ha sido comentarista de televisión y entrenador, siendo su último equipo el Olimpiakos.
Como en anteriores ocasiones, el acto será presentado por el periodista y director de ‘Toromedia’, José Enrique Moreno.
Este Mano a mano será el número 32 de este ciclo promovido por la Fundación Cajasol en Sevilla. En 2014 se celebraron cinco con estoso protagonistas: Pepín Liria y Camacho; Victorino y Francis Wolff; José Antonio Campuzano y Ramón Vila; Emilio Muñoz y José Antonio Sánchez Araújo, y Pepe Luis Vázquez y El Lebrijano como protagonistas. En 2015 el primero tuvo como protagonistas a Palomo Linares y Álvarez del Manzano.

Enrique Ponce triunfa como torero y ganadero en el festival de Murcia

Día 22/03/2015 - 21.37h
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Corta un rabo, al igual que Rafaelillo y Antonio Puerta

MIKEL PONCE
Los matadores de toros Enrique Ponce y Rafael Rubio «Rafaelillo»,y el novillero Antonio Puerta, que han cortados dos orejas y un rabo cada uno, han sido los máximos triunfadores del XXI festival de la lucha contra el Cáncer que se ha celebrado este domingo en el coso de La Condomina de Murcia.
Se ha lidiado un novillo para rejones de la ganadería de Fermín Bohórquez, que ha servido, y seis para la lidia ordinaria de Enrique Ponce, bien presentados y de juego variado. Los tres primeros, bravos y nobles; mientras los otros tres han resultado más deslucidos.
El rejoneador Sergio Galán, dos orejas.
Enrique Ponce, dos orejas y rabo.
Javier Conde, una oreja.
Rafaelillo, que sustituía a Francisco Rivera Ordóñez, dos orejas y rabo.
El Cid, ovación.
Paco Ureña, dos orejas.
El novillero Antonio Puerta, dos orejas y rabo.
Incidencias: El festejo ha dado comienzo con más de media hora de retraso, al tener que ser reparado el ruedo a consecuencia de la lluvia caída en Murcia dos horas antes del festival.
La plaza ha registrado tres cuartos de entrada en tarde que amenazó lluvia.

¿Eres capaz de distinguir al aficionado a los toros pintado por Picasso?

Día 24/03/2015 - 02.27h
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Sigue las pistas sobre la obra que cuelga en la galería central del Museo del Prado

Para ir a los toros le obligaban antes a ir a misa. Y Picasso, muy chiquito entonces, respondió a su tío que iría a comulgar veinte veces si hiciera falta. Cara-Ancha era su primer recuerdo torero.
Aunque desde pequeño iba a los toros en Málaga y La Coruña, su obsesión se acrecentó en su última etapa, durante su exilio en Francia. Picasso coleccionaba las entradas de las corridas a las que asistía, las divisas de ganaderías y naipes y grabados eróticos taurinos.
Su símbolo más famoso es el del Minotauro, pero también el artista malagueño se identificaba con el toro que cornea al caballo, como espejo de la persona enamorada que sin querer causa sufrimiento al ser amado. «El toro soy yo», definía el artista, a modo de Flauvert con «Madame Bovary soy yo».
El toro fue el elemento esencial de su obra, y ya en su primer retrato conocido, pintó a a un picador. Como recordaba recientementeAndrés Amorós, Picasso siempre proclamó que su sueño era haber sido varilarguero. El tema taurino está presente en toda su obra:«Naturaleza muerta: el torero» (hecha en Céret); el gran telón para «El sombrero de tres picos»; las ilustraciones de la «Tauromaquia» de Pepe-Hillo y las «Metamorfosis» de Ovidio; la «Suite Vollard»; la revista «Minotauro»; el «Guernica»; las esculturas y cerámicas...

Diez picassos

Una de sus obras taurinas cuelga ahora en el Museo del Prado, en la Galería Central del Edificio Villanueva. Su título: «El aficionado», uno de los diez cuadros de la exposición que permanecerá abierta hasta septiembre. Según se recoge en la web de la pinacoteca, estos diez picassos «son sin duda las obras más destacadas del artista en lascolecciones del Kunstmuseum y constituyen diez ejemplos excepcionales de la evolución de su producción, desde el verano de 1906 –su período “ibérico”, previo a las investigaciones que derivarían en el cubismo– hasta las obras libérrimas y un tanto melancólicas del Picasso final, de 1967, conformando así una suerte de pequeña exposición retrospectiva».
El aficionado (L’aficionado) es un óleo sobre lienzo, de 134,8 x 81,5 centímetros, de 1912. fue adquirido n 1925 por el doctor Raoul La Roche al marchante Paul Rosenberg; La Roche lo donó en 1952 al Kunstmuseum Basel.
Para realizarlo se inspiró en una corrida de toros que presenció el 7 de julio de 1912 en Nimes, donde al artista le gustó, dentro de un orden, Manzantinito y especialmente el agradable ambiente de la corrida. Tres días después escribía en una carta a Braque: «Estos aficionados de Nimes, solo pienso en ellos y he transformado un cuadro de un hombre, que había empezado ya, en un aficionado. Creo que quedará bien con su banderilla en la mano, y estoy tratando de darle una jeta bien del Midi».
La transformación de un personaje en otro era «un ejemplo más de lo mucho que le gustaba al manipulador Picasso cambiar la función de una figura mostrando sus signos apenas distinguible de mil formas equívocas», en palabras de Richardson.

Pistas para ver al aficionado

«Leer» esta obra es más sencillo que otras, por la mayor simplicidad del proceso de facetación, los signos de identificación y la separación de la figura del fondo. José Álvarez Lopera, en su texto publicado en el catálago, ayuda a su lectura: «Pueden seguirse a la perfección la cabeza, cubierta con el sombrero cordobés, lo ojos, el bigote(realizado con el peine de hierro utilizado por los pintores artesanales para fingir la madera y que, en una de sus piruetas imaginativas, ya señalada por André Salmon, Picasso usa para sugerir el pelo), la boca carnosa, el cuello de pajarita, el corbatín, la pechera lisa y, más abajo, la banderilla, representada sin deformar, con un grado extremo de realismo. A la izquierda pueden seguirse asimismo todos los elementos característicos de la guitarra que sostiene: las clavijas, a la altura del rostro y, más abajo, las cuerdas, el agujero circular y el cordal. Y a la derecha queda, reproducida de forma esquemática, unabotella cerrada con un corcho».
Más pistas de Álvarez Lopera: «Las letras pintadas proporcionan, al margen, un abundante número de claves sobre el personaje, revelando que se trata de un aficionado a los toros: "Nimes" alude al lugar de la corrida, "TOR", evidentemente al mundo de los toros, "LE TORERO", al periódico de ese nombre, y "MAN", como identificaron Daix y Rosselet, a la bebida que contiene la botella: manzanilla».
«El aficionado», de vertical construcción, muestra también el afán de Picasso de introducir el color tras la fase «monocroma» anterior, con un rostro de tono más oscuro al rosa carne.

Los diez picassos del Prado